Por Carrillo Arias Ethel Elvira
Ya no lo amaba, quería nuevas cosas pero lo que ella
no supo hacer con éste trama, fue tener maña. Fue una tarde cualquiera, yo
María Teresa, estaba en mi casa con mi tío preferido Gregorio listos ya con
palomitas y refrescos esperábamos nuestro programa favorito “12 Corazones”, la
verdad me parecía una completa incoherencia lo que se realizaba en ese programa
algo que era tan inconcebible o bueno, al menos para mí, sólo me gustaba verlo
ya que el vocabulario que tenía la mujer de una belleza plástica, me parecía
bastante gracioso y me gustaba ver a mi tío emocionándose con esas cosas, pero
dentro de mí cuando veía a esas parejas que ya se habían formado porque se
“gustaron” no podía reafirmarse que han tomado la mejor decisión de toda su
vida y tarde o temprano se darán cuenta de eso y los o las engañaran y después
todo será culpa de aquel entretenimiento que nos cuesta dinero a todo el
pueblo, se me había acabado el refresco y a mi tío Gregorio se le había
antojado un café así que fui a la cocina a preparárselo, pero había olvidado
algo. –Tío ¿cuánta azúcar le pongo a tu café?- De repente
vi la cara de mi tío con su ojos saltones como dos grandes aceitunas
negras -Tío ¿qué pasa, qué es lo que paso?- Mi tío Gregorio estaba en el sofá
con el Jesús en la boca diría mi mamá y la televisión estaba apagada, y luego
me dijo –Dos de azúcar hija- Prendí la televisión y fui a terminar de hacer el
café. Cuando regresé mi tío estaba parado en la esquina del cuarto con su
refresco en el pecho señalando a la televisión que se encontraba apagada y la
radio se había prendido, las palomitas estaban en el suelo-Tío pero, ¡Las
palomitas! ¿Qué pasa?, ¿Por qué apagas la tele, que no íbamos a ver el
programa?-Y de repente mi tío con una voz de tartamudo me dijo-Yo, yo no fui
e..el televisor se apagó solo y me prendieron e..el radio hija yo no fui me empujaron
las palomitas-Tío esas cosas no pasan solas mira no te preocupes yo los levanto
ok?-Pero hija. - Y de repente la televisión se prendía y se apagaba, el
volumen del radio se fue hasta su límite no sabíamos que pasaba luego ambos gritamos y
nos abrazamos y se acabo el desorden, salimos corriendo y los vecinos nos
vieron con caras de locos –Pero ¿qué les ha pasado?-Pregunto Doña Reyna-Y esa
cara parece que vieron a un muerto-Doña Reyna nos prendieron y apagaron la tele
alguien había ahí dentro como fantasmas-. Cuando vi la cara de preocupación de
Doña Reyna de inmediato supe que sabía algo que yo no-Vengan a mi casa-.
Cuando entramos a la casa de Doña Reyna aún no se nos
había quitado ese tremendo susto que nos acababan de meter, nos ofreció té de Tila
y entonces dijo-Tú llevas viviendo aquí menos de 1 año, ¿verdad?-Si, si, sólo 5
meses-Es que en este condominio pasó algo-dijo con voz baja-¿Cuéntenos?-le
supliqué-En la casa de lado de la tuya, nadie vive-Es cierto -respondí
rápido-Pues nadie quiere vivir ahí, porque hace 1 año que una pareja joven
murió ahí, fue un oscuro abril, ellos no era muy felices al parecer siempre
tenían discusiones, ella se quedaba en la casa todas las mañanas pero parecía
que con alguien, y yo me preguntaba con quién ya que el esposo se iba a
trabajar, se escuchaban sus risas de la muchacha pero sólo era hasta las 2 de
la tarde cuando su marido llegaba que se dejaba de escuchar es alegría y
empezaban los gritos-Entonces-dije con voz misteriosa-la muchacha tenía un
…-amante-completó Doña Reyna-Si lo tenía pero esas mañas se quitaron muy rápido
ya que hubo un día en el que el marido llego temprano de trabajar, cuando ella
menos se lo esperaba, el marido ya sospechaba, así que cuando llegó y los
descubrió sacó su pistola y mató al amante y después a ella, todos los vecinos
nos asustamos y llamé a la policía pero antes de que llegara en el árbol que
tienen enfrente el esposo se había quitado la vida-¡Se
colgó!-dije con temor, yo estaba temblando-Si hija, y cuentan que sus almas todavía
no están en paz.
Después de aquel relato que me puso la piel chinita,
decidí ir a mi casa, mi mamá ya estaba ahí, vio mi cara de terror pero no le
comenté nada. A la mañana siguiente Kiwi, un gato blanco que tenía estaba
muerto en mi puerta tieso, tal vez eran los vecinos que
había puesto veneno para las ratas, pero me asusté al ver que a la mañana
siguiente había otro gato tieso en mi puerta, me empezaba a asustar, tenía 3
gatos y los tres me aparecieron en los siguientes día muertos y tiesos. –Es el
veneno-me dije a mi misma, ya había bendecido mi casa no eran las almas no
tenían que serlo.
Hubo una cosa más que me hizo tener que dejar esa casa
e irme con mi mamá, ya había pasado 1 semana de que mis gatos habían aparecido
tiesos en mi puerta, era de noche y yo ya estaba en mi cama había terminado de
leer una revista de ropa y me quedé dormida por el desvelo que había tenido el
día anterior, cuando entonces, sentí un escalofrió y escuché una voz que decía
~yo tuve la culpa~ abrí mis ojos, tapada aún eché un vistazo a la recamara de
mi hijo que estaba enfrente con la puerta abierta pero vi que estaba dormido,
pensé que era mi mamá que esa noche se había quedado conmigo pero estaba a mi
lado dormida completamente, me volví a dormir, entonces volví a escuchar una
voz ~la amaba~ abrí mis ojos de nuevo y sentí como un frío enorme invadía mi
cuerpo no podía moverme, quería gritar, pedir ayuda tenía mucho miedo pero no
podía moverme empecé a llorar de la impotencia que sentía, entonces cuando
volteé a ver hacía la ventana que daba a la casa de a lado vi en el árbol al
señor colgado y otra vez esa vos ~pero la mate~ grité todo lo que podía, lloré
inconsolablemente mi madre se levantó y me dijo –Hija qué pasa, tranquila estoy
aquí-mi hijo se había levantado y estaba ya en mi cuarto traté de calmarme por
él-Mamá mira por la ventana esta el señor colgado-le dije al oído-mi madre
volteó y no vio nada-No hay nada querida, tranquila, abracé a mi hijo y le dije
que todo estaba bien vi el árbol otra vez y si, no había nada ya, mi hijo se
quedó con nosotros a dormir pero no dormí nada tampoco mi mamá. A la mañana
siguiente empaqué todas mis cosas y las de mi hijo ya no aguantaba otro día más
en esa casa, cuando salí, Doña Reyna me dijo-Querida es mejor así, estás almas
no van a descansar aún-Si Doña Reyna, gracias por todo-.No podía creer que
después de 5 meses que no había pasado nada, pasara todo en un instante, subí
al coche y eché la última vista a la casa y en la ventana vi dos sombras que
miraban hacia mí, me quedé en shock pero ya no dije nada, por lo menos me había
librado ya de estar en esa casa.
Después de un tiempo, invité a Doña Reyna a la nueva
casa que tenía ahora, ella me comentó que nadie quería vivir ahora en la casa
que había dejado, pero que todavía en la noche de abril se escucha el tiro que
le dio su esposo a su esposa y al amante.
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