viernes, 31 de mayo de 2013

"La pelea por los calcetines"

CUENTO

Diana Laura Nieto Galan

Ella se llamaba Lía era una niña muy inteligente y con una apariencia física bastante agradable a la vista, era una persona muy solidaria, responsable y amable entre otras cualidades; era en general una pequeña  bastante agradable, pero Lía también tenía defectos, era bastante insegura y tímida. Lía como cualquier pequeña tenía un mejor amigo llamado Mario. Mario había sido como el hermano que nunca tuvo, ellos crecieron juntos desde bebes y se llevaron bien desde el primer instante puesto que tenían muchas cosas en común dándose entre ellos una compatibilidad inmediata. El papá de Mario era un gran doctor pero, lamentablemente era  alcohólico y su madre era aparentemente un ama de casa que se dedicaba a gastar el dinero en reuniones sociales con sus amigas, mujeres sin que hacer al igual que ella. Mario y Lía eran pequeños desatendidos solo que los papás de Lía a diferencia de los papás de Mario, eran grandes empresarios muy ocupados  y por ende la empresa les absorbía todo su tiempo haciéndoles olvidar por instantes que tenían una hija a la cual necesitaban proveer no sólo de bienes materiales sino también de afecto. 


Un día mientras Lía Y Mario daban el rutinario paseo por el parque después de la escuela; Mario comenzó a platicar con Lía y con lágrimas en los ojos le dijo que sus padres iban a separarse y que eso le dolía mucho ya que aunque no convivía mucho con ellos tenía la esperanza de que algún día sus padres se llevarán mejor y ahora todas sus esperanzas habían sido aplastadas en un instante con esa noticia, Lía no soporto ver sufrir a su casi hermano y casi al instante comenzó a idear un plan para unir a los papás de Mario otra vez. Las siguientes semanas que transcurrieron Lía comenzó a observar a sus padres que si bien no habían llegado a separarse estaban cada vez más distantes y después de varias semanas llegó a la conclusión de que todos los padres eran muy complicados y que en cierta etapa del llamado “matrimonio” todos peleaban hasta por el color de los calcetines. Lía había llegado a esta conclusión después de haber oído una fuerte discusión entre sus padres, que precisamente peleaban por la mala combinación que el padre de Lía había hecho con su corbata y calcetines (esto le pareció muy gracioso y muy tonto a la vez). Después de haber observado varias semanas el comportamiento de sus padres, Lía le pidió a Mario que hiciera lo mismo que observara como era la relación entre sus padres y que estuviera atento a las discusiones que sus padres llegaran a tener y que pusiera mucha atención a la causa de la discusión, Mario no muy convencido y tampoco seguro de lo que Lía quería probar, accedió; las semanas que continuaron Mario observó el comportamiento de sus padres y se dio cuenta que sus papás peleaban por cosas muy tontas al igual que los de Lía y  eran cosas que en muchas ocasiones no tenían sentido, como los calcetines. Un día mientras estaban  en la escuela Lía y Mario encontraron al profesor Raúl su profesor de  formación valoral y le dijeron que tenían  una duda acerca de los mayores pero que en concreto de los matrimonios, el profesor Raúl interesado y extrañado a la vez les dijo que sí él podía resolver su duda con gusto lo haría pero que antes los llevaría a un lugar en el cual harían nuevos amigos y era más apropiado hablar que la escuela, ellos contentos aceptaron, por  la tarde el profesor Raúl los llevó a la ciudad de los niños que era un lugar en el cual atendían a niños que habían sido abandonados, una vez ahí el profesor pregunto a Lía y a Mario cuál era su pregunta y ellos dijeron ¿Por qué los papás pelean por los calcetines? el profesor no pudo contestar de inmediato ya que sin duda era una pregunta con muchas interrogantes y que nunca antes le habían hecho, el profesor Raúl antes de intentar dar una respuesta pregunto ¿Por qué hacían esa pregunta? A lo que Lía y Mario contestaron que debido a su situación familiar. El profesor Raúl después de un rato intentando contestar a su pregunta les dijo que todos cuando crecían tenían diferentes tipos de  problemas y que a veces no eran fáciles de controlar y que desgraciadamente esos problemas terminaban afectando a  inocentes como ellos; esa tarde el profesor Raúl les dijo que sí algún día necesitaban ayuda podrían encontrarlo en la ciudad de los niños y que nunca estarían solos ya que se tenían el uno al otro y que también él estaría para ellos cuando lo necesitaran. Días después Lía escucho una discusión muy fuerte entre sus padres, y tiempo después vio salir a su padre con un par de maletas de su casa, Lía era pequeña pero sabía perfectamente lo que eso significaba así que al anochecer salió de su casa y se dirigió a casa de Mario, una vez ahí le dijo a Mario que ella no quería seguir en su casa que las cosas estaban muy mal entre sus papás y que necesitaba salir de ahí, Mario le dijo que él tampoco quería seguir en su casa ya que faltaba poco para que sus papás se separarán definitivamente entonces, los dos decidieron huir de sus desbaratados hogares, Lía le dijo a Mario que si bien no había logrado unir a sus padres, por lo menos lejos de ellos no sufrirían, entonces, esa noche los dos alejándose de sus casas pensaron a dónde irían, Lía dijo que podían ir a casa de Rodrigo, un compañero de ellos, Mario dijo que no porque Rodrigo era muy chismoso y abriría la boca de inmediato, después Mario dijo que fueran a casa de Mayra una amiga de él y Lía dijo que no porque no le daba confianza; mientras pensaban que harían llegaron a un parque y se sentaron ya que estaban cansados y tenían mucho sueño, se sentaron en una banca y mientras hablaban se fueron quedando dormidos.
 A la mañana del sábado siguiente ni la mamá de Lía, ni los papás de Mario se habían percatado de que ninguno de ellos estaba; mientras tanto Lía y Mario que se encontraban en el parque recordaron a su maestro Raúl y se acordaron de la ciudad de los niños, sabían que ahí podían ir ya que, ahí atendían a los niños que eran abandonados y que no tenían a donde ir, de inmediato se dirigieron para haya, mientras tanto el día ya había transcurrido y fue entonces cuando los papás de Mario se dieron cuenta de que no estaba y ni siquiera había dormido en su casa, entonces le hablaron a la mamá de Lía que se encontraba en una típica reunión con sus amigas y no se había percatado aun de la falta de Lía, al darse cuenta los papás de ambos niños de la “desaparición” de sus hijos, por primera vez en su vida sintieron una angustia y un miedo terrible, las mamás de ambos lloraban los papás estaban preocupados, habían dejado sus trabajos y habían comenzado a buscarlos, pasaron el fin de semana completo buscándolos sin embargo fue inútil ya que no los hallaron. El lunes muy temprano se presentaron en la escuela para pedir ayuda a los alumnos y profesores, el profesor Raúl ofreció su ayuda para poder encontrarlos, primero fue al parque al que Lía y Mario acostumbraban ir, después fue a casa de Mayra y Rodrigo pero nada y finalmente regreso al parque en donde estaban reunidos todos los profesores y papás para continuar la búsqueda, estando ahí el profesor Raúl recordó lo que había platicado con ellos y de inmediato dijo a los padres que creía saber dónde estaban sus hijos, como era de esperarse se dirigió a la ciudad de los niños donde efectivamente se hallaban Lía y Mario, al verlos sus papás se alegraron tanto que corrieron a abrazarlos (algo que no hacían frecuentemente). Ese día cuando todos estaban más tranquilos platicaron acerca de lo que pasaba; el papá de Lía acordó regresar a la casa y convivir más tiempo con Lía, mientras tanto él y su esposa quedaron en hablar sus problemas y evitar discusiones absurdas, los papás de Mario anularon su divorcio y acordaron intentar levantar a su familia de nuevo. Al día siguiente en la escuela Lía y Mario hablaron con su profesor y le dieron las gracias ya que de no haber sido por él en primera no hubieran sabido a donde ir y en segunda no los hubieran encontrado; el profesor dijo que no había nada que agradecer pero les pedía que prometieran no volver a hacer eso, ellos accedieron a la promesa. Días después la familia de Mario y Lía se reunieron para comer y antes de iniciar la comida hicieron una oración en la cual Lía y Mario dijeron:

-Señor hoy te damos gracias porque nuestras familias están unidas de nuevo y te  pedimos porque elimines de la faz de la tierra las típicas peleas por los calcetines. Gracias.

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